Las plantas son seres vivos. Nacen, crecen, se reproducen y mueren.
En una plantas se distinguen tres partes la raíz, el tallo y las hojas.
La raíz es la parte de la planta que crece bajo el suelo.
La raíz tiene dos funciones principales: sujetar la planta al terreno y absorber del suelo agua y otras sustancias.
Algunas plantas tienen raíces gruesas que almacenan alimentos. Estos alimentos son consumidos por las personas o los animales.
Por ejemplo, la zanahoria, la remolacha o la yuca.
El tallo es la parte de la planta que sostiene las ramas y transporta el agua y otras sustancias a todas las partes de la planta.
Se suele dividir en ramas, donde están las hojas, las flores y los frutos.
Hay dos tipos diferentes de tallos, los leñosos y los herbáceos.
Los tallos herbáceos son finos, blandos y flexibles y suelen tener color verde. Las hierbas.
Los tallos leñosos son duros y rígidos. Los árboles y los arbustos.
Según sea su tallo, hay tres tipos de plantas: los árboles, los arbustos y las hierbas.
Los árboles tienen el tallo leñoso, alto y grueso y las ramas suelen salir lejos del suelo.
Los arbustos tienen el tallo leñoso, bajo y fino y las ramas salen desde el suelo.
Las hierbas tienen el tallo fino y flexible, de color verde.
Las hojas nacen del tallo o de las ramas y son de color verde. En ellas las plantas fabrican su alimento.
Las hojas tienen dos partes: el peciolo y el limbo.
Las plantas proporcionan alimento y oxígeno a los animales y muchos materiales para las personas, como madera, papel o tejidos.
Según las hojas, hay dos tipos de plantas: las plantas de hoja caduca y las plantas de hoja perenne.
Las plantas de hoja caduca pierden sus hojas al llegar el otoño. El cerezo y la higuera.
Las plantas de hoja perenne conservan las hojas durante todo el año. El olivo y el pino.